jueves, 3 de diciembre de 2015

¿ALTERACIONES FENOLÓGICAS?


Antes del cambio de tiempo debido al frente llegado el 21 de noviembre habíamos encontrado dicho mes algunas especies en flor que nos sorprendieron.

El 5 de noviembre, cerca del nacimiento del río Trueba, en la cara burgalesa del puerto de Estacas de Trueba y con la visión del Castro Valnera por el norte, ya aparecían bulbosas con sus flores amarillas, los narcisos (Narcissus bulbocodium), que normalmente florecen en febrero. Hay narcisos de floración invernal-primaveral, como éste y todas las especies burgalesas y cántabras, y otros de floración otoñal.




Narcissus bulbocodium



Así mismo, parece que del mes de febrero se ha pasado a noviembre la celidonia menor (Ranunculus ficaria) en las orillas del río Aguanaz,  cerca de Hoznayo, también de flores amarillas y con numerosos pétalos (pero sólo 3 sépalos) y raíces con tubérculos,  acompañada de su pariente Helleborus viridis. Pero también la otra hierba ballestera (H. foetidus) muestra los numerosos estambres de sus flores en terrenos calizos de Pechón.




Celidonia menor (Ranunculus ficaria) a la orilla del río Aguanaz.



Además, las primaveras (Primula acaulis) en diversos puntos como, por ejemplo , Polanco, y los altos brezos blancos (Erica lusitanica), cerca de Beranga o en Bareyo.

También sorprende la insectívora grasilla (Pinguicula grandiflora) en rezumes calcáreos de Celucos (Rionansa), con sus flores azules espolonadas y sus rosetas de hojas pegajosas, que obtiene el nitrógeno de los aminoácidos de los insectos capturados y no de los nitratos minerales. De su pariente, la grasilla menor (P. lusitanica), hemos encontrado sus rosetas de hojas con el borde revoluto sobre las rocas cuarcitas ordovícicas rezumantes cercanas a Unquera, poco por encima del nivel del mar, pero sin flores.




Grasilla (Pinguicula grandiflora) sobre el pueblo de Celucos,famoso por los buenos menús de su restaurante.




El 26 de noviembre, las celidonias menores habían aumentado el número de sus ejemplares florecidos a la orilla del Aguanaz, dónde podían verse y olerse las flores blancas de la reina de los prados (Ulmaria filipendula). Con la llegada de diciembre y como queriendo participar en la cumbre del clima, encontramos un  ejemplar de cardo arzolla (Carduncellus mitissimus) en los brezales de los acantilados marinos margosos cercanos a la ensenada del Madero de Liencres, con su vecina dolina-bufadero. Este pequeño cardo de inflorescencia azulada es muy utilizado para enfermedades de la piel. No suele acercarse tanto a la costa, al igual que su compañera en el brezal, la jarilla de hojas de borde recurvado (Helianthemun croceum), que no ha florecido ahora, pero sí la jarilla perdiguera (H. nummularium). 




Cardo arzolla (Carduncellus mitissimus)


P.S.: Los bulbosos narcisos que hemos encontrado florecidos en enero son:

  • Narcissus bulbocodium en los prados húmedos de La Albericia (Santander)
  • Narcissus pseudonarcissus en el municipio de Escalante
  • Narciso menor (Narcissus asturiensis) en zonas calcáreas de Campóo y de la Mancomunidad Campóo-Cabuérniga (cara norte del puerto de Palombera) y en su punto más bajo que conozcamos, cerca de Castillo Pedroso. 
  • Narcissus tazetta cultivado, que en algunos lugares se encuentra también asilvestrado.




Narcissus asturiensis en Toranzo


Otros geófitos florecidos en enero son Romulea bulbocodium (península de La Magdalena), Scilla verna (Miengo), Crocosmia x crocosmiflora (en flor en Polanco mientras que su extensa población de La Viesca aún no ha florecido)


lunes, 16 de noviembre de 2015

UNA NUEVA ESPECIE EN CANTABRIA


Ludwigia peploides es una planta acuática americana que ha aparecido en las marismas de Alday (Camargo). Posee hojas alternas con limbos de margen entero y de unos 3-6 cm de longitud, que salen de pecíolos de más de 2 cm de largo. Desarrolla flores de 5 pétalos amarillos, de unos 10-15 mm de longitud y 10 estambres de anteras amarillas; los frutos son unas cápsulas alargadas. Otra especie americana (Ludwigia grandiflora), de flores mayores, se utiliza en jardinería y se encuentra asilvestrada en algunos puntos de España, fuera de Cantabria. De este género botánico, hay una especie autóctona en Cantabria, también acuática, pero escasa, la Ludwigia palustris, con las hojas opuestas y las flores verdosas y poco llamativas, tiene sépalos pero no pétalos. A la familia de estas plantas (Onagráceas) pertenecen también las asilvestradas americanas onagras (Oenothera) y las cultivadas pendientes de la reina (Fuchsia), así como los géneros autóctonos Epilobium y Circaea.  

Volviendo a los aguazales de Alday, los tallos de la onagraria (L. peploides) avanzan por sus masas de agua y contactan con los cañaverales de distintas monocotiledóneas (tifas, carrizos, escirpos marítimos y juncos marinos). Sorprende también encontrar en la zona las típicas hojas redondeadas de la centella europea (Hydrocotile vulgaris), nada frecuente en la comarca costera. Parece que algunos coleópteros crisomélidos podrían consumir las hojas de la onagraria, pero el peligro de su exceso de biomasa puede llevar a un descenso del pH y eutrofización, con pérdida de oxígeno en el agua. 





Ludwigia peploides





Ludwigia peploides




Ludwigia palustris (Foto: J. Goñi)


    

miércoles, 11 de noviembre de 2015

DEL ABEDULAR COSTERO 


Entre Pedreña y Elechas, al lado de la playuca de la Ribera, se encuentra un acantilado sobre areniscas y margas del periodo cretácico con minerales de hierro y azufre. Este acantilado, de unos 40 metros de altura y cercano a la senda costera, está colonizado por un bosque de abedules a los que se unen sauces salgueros (Salix atrocinerea) y laureles, además de escaramujos (Rosa canina) y zarzamoras (Rubus ulmifolius), brezos (Erica vagans) y plantas trepadoras como madreselvas (Lonicera peryclimenum), hierbas lapas (Rubia peregrina), nuezas negras (Tamus communis) y zarzaparrillas (Smilax aspera), destacando la hiedra que se enreda sobre las rocas casi tocadas por la pleamar ya sobre algas pardas (Ascophyllum nodosum) en su base.

De los rezumes de agua del acantilado, a veces de color purpúreo, se dejan ver helechos antojiles o reales (Osmunda regalis), algunos muy pequeños, recién germinada su espora progenitora. Otro helecho es más abundante, el helecho común (Pteridium aquilinum).

Las plantas marinas que gustan de la sal al pie del acantilados y en las rocas de la plataforma intermareal son juncos intermareales (Juncus maritimus), salvios marinos (Inula crithmoides) y sosas anuales (Suaeda maritima). El borde de la playa tiene acelga marina (Beta maritima), armuelle (Atriplex prostrata) y verdolaga marina (Halimione portulacoides).

En la playa un carrizal avanza por sus rizomas o tallos subterráneos hacia los restos mareales de las hierbas marinas zosteras que arrastraron las mareas, ya tornados parduzcos y con varios centímetros de espesor, seguido por un matorral de las americanas chilcas (Baccharis halimifolia), que también pueden juntarse a los abedules y sauceda posterior.

Entre los abedules (Betula alba), de ramas no péndulas, hay ejemplares que superan los 70 cm. de circunferencia. Las hojas son glabras, ovales o triangulares, sobre ramillas pelosas y los amentos femeninos cilíndricos, de 4 cm. de largo, con escamas de tres valvas que protegen semillas rodeadas de alas a primeros de agosto.






Abedular costero














PRESENTACIÓN


Iniciamos este blog con la idea de tratar, principalmente, aspectos sobre la geología, flora y ecología en general de Cantabria.